Blanco y azul

Blog enfocado al cielo, al arte y a la fotografía.

21 octubre, 2006

Klimt

Pallas Athene (1898) denota el amor de Klimt a la decoración y al dorado que refulge en los emblemas de poder de Atenea (el casco, el escudo y la lanza). Supuso la modernización facial de una imagen neoclásica tradicional, lo cual fue aplaudido en su época.

La afición de Klimt por la ornamentación dorada y por el embellecimiento simbólico alcanzó un punto álgido en esta obra, Judith y Holofernes (1901). En esta pintura, Judith simboliza a la mujer fatal, una imagen que potenció la fascinación simbolista de Klimt por el sexo y la muerte. Judith aparece como una mujer seductora, más que como una heroína de la Biblia, posiblemente debido a que la modelo de Klimt fue su rica mecenas y amante durante 12 años.